El 24 de diciembre me disponía a tomar un taxi desde la Cra 51 con 82 hasta el Barrio Chiquinquirá, a las 11:00 pm aproximadamente. Usualmente llamaba al 3222222, ya que es como la marca mas posicionada en Barranquilla en cuestión de taxis...y la mas confiable pensaba yo.
El taxi llegó dentro de lo normal, casi a los 5 minutos. Le dije al conductor hacia donde me dirigía y me respondió que no tenia tiempo porque tenia que ir a comer...Esto plantea los siguientes inconvenientes:
1. Yo pedí un taxi para que me llevara al destino que yo necesitaba, no para que me dijera que no disponía de tiempo porque tenia hambre.
2. A mi como cliente me tiene sin cuidado si tiene o no hambre, solo me interesa que me presten un servicio.
Mi respuesta fue decirle que se fuera que yo iba a llamar a la empresa, lo cual hice pero no me contestaron luego de llamar como 4 veces. Fue entonces cuando decidí probar con la competencia: 3588888...y vaya sorpresa: más demoré yo en colgar el teléfono que el taxi parquearse en el lugar donde yo estaba ubicado. El taxista me llevó sin ningún inconveniente, excepto que me cobró $ 13.000 por la carrera, pero no esperaba menos, por la fecha, la hora, y el destino.
Ayer, nuevamente requería un taxi, desde la misma ubicación, pero el destino era Soledad esta vez. Obviamente llamé al 3588888 y para mi sorpresa la rapidez con que llegaron el 24 de diciembre no fue casualidad, ya que fue cuestión de segundos para aparecer frente a mi, y sin ningún problema me llevó hasta donde necesitaba ir.
CONCLUSIÓN: No volveré a solicitar un servicio del 3222222.
Espero que los que estén leyendo este mensaje, ya sean empleados o empleadores, todos al fin y al cabo consumidores, se den cuenta de como una pequeña situación tiene consecuencias mas graves. Perder un cliente hoy en día es tan fácil cuando hay tanta competencia esforzándose por brindar el mejor servicio
